26.8.08

A contramano de las chapas

¿Seré yo o serán los demás? La pregunta no me da respiro. Y tampoco encuentro una respuesta mínimamente satisfactoria. Al final, termino elaborando una justificación –por cierto nada definitiva– en la cual, como siempre, soy yo la que anda a contramano del mundo.
Resulta que igual no me conforma porque yo soy la misma de siempre. Y entonces se me hace difícil entender por qué me miran distinto.
Un billete premiado de lotería no borra lo que uno es, no cambia lo que hacía hasta el día anterior. Ya sé, podemos discutirlo, pero en última instancia, un contrato laboral ventajoso –que es casi lo mismo que un billete premiado de lotería– no me transforma en joven, rubia, flaca y de ojos azules.
Mi ausencia de los últimos días tuvo que ver con eso: terminar un trabajo que verá la luz dentro de unas semanas y cuya primicia, por supuesto, estará acá y acá también (y quién sabe dónde más).
Ahora bien, los pocos comentarios que hice acerca de lo que se viene provocaron en mis interlocutores una fuerte reacción positiva que me hizo reflexionar –una vez más– acerca de lo que significan las "chapas".
¿Un cuadro vale más por el marco? ¿Un regalo por el envoltorio? ¿Un texto por sus citas? Podría decirse que, por el contrario, un marco ampuloso realza una obra mediocre, un packaging impactante esconde un presente menor y un texto plagado de citas encubre la poca elaboración personal o, lo que es casi peor, la inseguridad acerca de la propia palabra. Chapa, pura chapa.
Como si la superficialidad no fuese suficiente, hay que agregar que el peso de la chapa nos arrebata la libertad. Hay que cargar con eso, hay que responder a eso, no hay que salirse del marco, no hay que olvidarse los vaporosos papeles y los moños brillantes y, obligadamente, hay que tener a mano un repertorio de comillas que avalen cada una de nuestras palabras.
Yo no soy una "chapa" (aunque acepto que estoy algo más que medio chapa). Detrás de todas las etiquetas que se me puedan colocar estoy yo. Soy yo. Y eso es mucho más que cualquier etiqueta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Puedo ser tu amiga? ¡Dejáme jugar en tu vereda!!!

Así también se mide a la gente.

Felicitaciones por el billete. Repartí =P

Eduardo Betas dijo...

un contrato laboral ventajoso –que es casi lo mismo que un billete premiado de lotería–

Ay, Laura, sé porqué lo decís pero, igual, no me parece lo mismo. Un contrato laboral "ventajoso" (yo le hubiese puesto las comillas en el post) se consigue cuando uno tiene el talento de hacer las cosas bien y mostrárselo a quién corresponda. Y eso no es ventaja aunque siempre tenga algo de azaroso, por cierto.

Vos decís que "las primicias tienen algún punto en común con la fidelidad. Aunque muchas veces están más relacionadas con la infidelidad" y yo digo que, por lo general, la mayoría de las primicias nacen de las infidencias, prima hermana o hija ilegítima de la infidelidad.

Ahora, cuando escribís que "el peso de la chapa nos arrebata la libertad" me hacés pensar que eso sólo nos podrá suceder "si caemos bajo el peso de esas chapas!.

Me encantó la frase: "Hay que tener a mano un repertorio de comillas".

Anónimo dijo...

ME COPÉ LEYÉNDOTE DOBLEMENTE, Y TB CON LOS COMMENTS.

NO SAQUÉ LAS MAYÚSCULAS, UPS, ¿SERÁ QUE UD ES MAYÚSCULA? ¿SERÁ POR ESO?

PARA QUÉDECIR QUE MENCANTÓ.

ABRAZOS MAYÚSCULOS, MAYÚSCULA

Anabel Rodríguez dijo...

Me desbordas, te lo juro, me desbordas, esos pensamientos tan elaborados, que parecen haberse fijado sobre blanco en un pis pas, así casi sin esfuerzo... pienso que eres una fiera.
Espero la primicia, con ilusión, con paciencia (que para eso una es madre de gemelas, y desarrolló infinitamente esta virtud).
Por último, no creo que debas preocuparte por la chapa, porque los hay que ya se preocuparon tanto que acabaron chapándose enteritos, no dejando nada fuera de marco, adorno u ornamentación, y ese no es tu caso.
Besos

Redacción Press dijo...

Hola Laura!
Es la primera lectura de tu blog y lo leí desde atrás hacia adelante (o de lo anterior a lo más nuevo) y me encantó este post. Me encantó el final: "Yo no soy una chapa. Detrás de todas las etiquetas que me puedan colocar estoy yo. Soy yo. Y eso es mucho más que cualquier etiqueta". Creo que lo resumís todo en ese párrafo.
Excelentes relatos.