14.9.08

Resistiré

Yo sabía. Lo sabía como me sé mi número de documento.
Sabía que una vez que empezara, cada paso iba a ser un desafío.
Sabía que me esperaban momentos difíciles en los cuales tendría que probar mi templanza y mi fortaleza de espíritu.
Me imaginé unas cuantas situaciones atractivas, inspiradoras, osadas y hasta riesgosas. Ofrecimientos e invitaciones que mi zona fóbica declinaría con una sonrisa cortés.
Lo que nunca pensé fue iba a suceder tan –pero tan– rápido.
Y lo que jamás se me ocurrió fue que la primera oferta que tendría que declinar sería la de ¡inyectarme Botox®!

2 comentarios:

Orson Díaz dijo...

Pues no la rechace del todo, espere a encontrar el teléfono de la cosmetóloga... Igual, yo prefiero la Laura que conozco.

Paula Carri dijo...

Siempre supe que vos lo sabías, je. En algunos puntos nos parecemos. Mucha merde y que sea para bien :)