En todas partes se cuecen habas, decía mi abuela. Tanto del lado del grupo monopólico, a quien está dedicado el viaje inmediato anterior, como del lado del oficialismo, agrego yo.
La elección de los voceros gubernamentales para encarar la defensa de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (que, valga la aclaración, ya trae en el título la palabreja "servicios") ha sido lamentable.
Claudio "el agujerito sin fin" Morgado y Gustavo "concertación" López peregrinan por los programas de televisión balbuceando tibiamente sus pobres argumentos en favor de la ley que, según la palabra oficial, es "la madre de todas las batallas". Como payasos de circo pobre, le ponen primero una mejilla y luego la otra a los tortazos de la oposición y hacen reír a chicos y grandes. Inmunes al ridículo, uno de ellos, López, soportó que se lo llevara puesto y lo dejara revolcado en la banquina María Eugenia Estenssoro que, por otra parte, está muy lejos de ser un 1114; mientras que al otro le fue recordada su presencia en "TVR", programa que comenzó en el cuco-malo-sucio-feo de América Televisión y siguió, orondo, como huésped del terrible, extorsionador y "clarinesco" devorador de libertades canal 13.
Así que ahí va otro viaje de ida, esta vez para los dos voceros que, además, por estos días son pasajeros frecuentes.
14.9.09
Viaje de ida (para dos)
Publicado por Laura Cambra en 17:40
Etiquetas: el reino de la irrelevancia, en pocas palabras, Lau TV, observatorio televisivo
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