No se trata de las pestañas –que bien sabemos eran postizas– ni de ese pelo que encandila gracias al tratamiento con Elvive. Tampoco es porque sea la imagen de Mango o de la línea de vestimenta informal de P.Diddy o de las tiendas Ripley. No es por el óvalo de la cara, bellamente acusado. Ni por esos ojos luminosos o por el cuerpo longilíneo o por la sensualidad de la voz y del acento. No tiene que ver con su paso liviano y elegante sobre las alfombras rojas por las que se pasea vestida de princesa ni con su carácter de "chica Almodóvar" ni con la entrada triunfal al universo hollywoodense. Ni siquiera –el Señor no permita envidiarla por eso que ya le llegará de todos modos– es por la edad.
No es nada de eso. No. Ninguna de esas cosas es motivo para querer ser ella.
Yo quiero ser Penélope Cruz por otra cosa. Lo que me llena de envidia, lo que me mueve a ponerme escandalosamente verde, es la increíble capacidad para haber construido en el corto tiempo de su estrellato una frondosa lista de muñecos volteados –en todo sentido– digna de una insaciable. Esa pole position alcanzada conquistando galanes. Empezando por Nacho Cano, integrante de la banda Mecano; siguiendo con los actores –sin desperdicio– Olivier Martinez, Matt Damon, Javier Bardem, Josh Hartnett, Orlando Bloom, Tom Cruise, Matthew McConaughey –el orden es aleatorio–, y con el músico John Mayer –ex de Jessica Simpson. Para terminar, como si todo lo antecedente hubiese sido poco, también con Bono.
Yo quiero ser esa chica caníbal que parece engullirse a los ejemplares masculinos con la liviandad de quien da cuenta de una ensaladita verde acompañada de agua mineral. Yo quiero ser Penélope Cruz. Sin sus producciones fotográficas para Mango, sin los trajes de princesa, sin los ojos enormes y húmedos. Sin alfombras rojas ni vida Hollywood. Sin Almodóvar. Pero quiero ser Penélope Cruz. Así que, por las dudas, salgo a comprar shampoo y acondicionador Elvive para asegurarme de que si alguno me da bola es "porque vos lo merecés", y la máscara Telescopic de L'Oréal que te permite imaginar "pestañas que pueden alcanzar las estrellas". Ella lo logró... puede ser que yo también las alcance.
28.8.07
Al desnudo: Yo quiero ser Penélope Cruz
Publicado por Laura Cambra en 18:52
Etiquetas: al desnudo, descerebrada – el rinconcito de Marta Sánchez
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2 comentarios:
Eres muy, muy grande. La caña de España que diríamos por aquí.
Tengo que confesarte que yo no quiero ser Pene, pero después de seguir tu razonamiento lo mismo me animo, y desde luego comenzaré a mirarla con mejores ojos que hasta ahora. ¡Tu si que tienes gracia, y tronío! ¡Tu si te mereces tener la ristra de hombres que quieras para despacharlos! (y así, de paso nos siguies escribiendo perlas en el blog, sobre los distintos tipos de hombre)
Te dejo que me voy a comprar, la laca Recital, el champú elvive, el tinte de Loreal, la ropita de Mango... todo, todo, todo menos la máscara de pestañas.
Saludos
¡Gracias por tu comentario! Cuestiones de trabajo me tienen un poco alejada del blog (escribo con cuentagotas) pero prometo, en cuanto salga del embudo, continuar con los tipos de hombre.
Un cariño,
Laura
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