¡Qué país! ¡Qué país! ¡No me explico por qué nos despelotamos tanto... ¡si éramos multimillonarios!
Usted iba y tiraba un granito de maíz y ¡paf!, le crecían diez hectáreas.
Sembraba una semillita de trigo y ¡ñácate!, una cosecha que había que tirar la mitad al río porque no teníamos dónde meterla...
Compraba una vaquita, la dejaba sola en el medio del campo y al año se le formaba un harén de vacas.
Créame, lo malo de esta fertilidad es que una vez, hace años, un hijo de puta sembró un almácigo de boludos y la plaga no la pudimos parar ni con DDT. Aunque la verdad es que no me acuerdo si fue un hijo de puta que sembró un almácigo de boludos, o un boludo que sembró un almácigo de hijos de puta.
30.10.07
De Tato
Tato Bores
Publicado por Laura Cambra en 22:40
Etiquetas: sin anestesia
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1 comentario:
demasiado buena la auocrítoca. Tal vez por esa capacidad de reonocer los boludeces Argentina es y seguirá siendo grande.
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