6.7.07

Ternura infantil

Me encanta escuchar a los chicos. Piensan, son asertivos y taxativos, no tienen pelos en la lengua y lo que dicen siempre deja una enseñanza. Por eso, suelo prestar mucha atención a las conversaciones entre ellos y con los adultos. Una vez yo estaba sentada en un bar haciendo tiempo ya no recuerdo para qué. En la mesa de al lado había una mujer joven con una nena de seis o siete años. Charlaban animadamente entre sorbos de café una y de Coca Cola la otra. No tuve que esforzarme para escuchar a la chiquita que, con su flequillo sobre los ojos grandes, además de hablar con un gracioso ceceo, gesticulaba. Aquí la transcripción del tierno diálogo:
–Mamá... cuando sea grande...
–Sí, mi amor, cuando seas grande ¿qué?
–Cuando yo sea grande quiero... quiero...
–¿Qué querés, tesoro?
–¡Quiero tener mucha pero mucha plata!
–¡Qué bien! Querés ser rica...
–Sí, sí, quiero ser muy rica...
–¿Querés viajar, comprarte muchas cosas?
–No, no, quiero ser rica...
–Bueno, está bien, preciosa, pero la gente quiere ser rica por algo, para algo...
–Yo quiero ser rica para... para... para ponerte en el mejor geriátrico.

1 comentario:

Eduardo (ejmv) dijo...

no recuerda el plato de madera para el abuelo?