23.9.07

RRR – Régimen de recategorización de relaciones – Versión femenina – Parte III

Capítulo 3: Régimen ampliado
Son vínculos estables –aun dentro de cierta precariedad que algunos de ellos mantienen–, con presencia de compromiso afectivo y con el entorno de las partes. Algunas de las categorías conllevan un downsize de estadios precedentes y otras representan un upgrade de las categorías clásicas.

1. Pareja
La condición imprescindible para esta categoría es la convivencia. Estabilidad sin papeles. Sociedad de hecho. Vínculo que, con el tiempo, adquiere el mismo estatuto que el matrimonial con la particularidad de que, en caso de que ambas partes decidan formalizar, es frecuente un importante desequilibrio que puede llevar a la ruptura. Hay pleno derecho de familia política, planificación familiar, proyectos conjuntos y responsabilidades compartidas. Sufre los mismos desgastes que el matrimionio: rutina, disminución o pérdida del deseo, etc. (para qué nombrarlos si todos sabemos de qué se trata).
2. Camafuera
Como su nombre lo sugiere, excluye la convivencia. Sin embargo, esta característica, lejos de implicar cierta renuencia al compromiso, tiene como objetivo fortalecer el vínculo y regularizarlo de una manera peculiar para establecer una rutina que, con acuerdo explícito o tácito de las partes, contribuya a sostener una relación saludable. Esta categoría es, tal vez, la más elegida por mujeres que han tenido una experiencia matrimonial previa.
3. ADAR
El ADAR –amigo con derecho a roce, versión en español del friend with benefits– constituye uno de los vínculos más entrañables que puedan concebirse dado que en él se juegan cuestiones como la lealtad, la honestidad y la contención, sin dejar de lado la seducción, la pasión y el compromiso entre las partes.
Ciertamente, requiere de una gran capacidad para dejar de lado sentimientos mezquinos como los celos o la competencia. El ADAR es un compendio de las mejores cualidades de cada categoría y no es extraño que, con el paso del tiempo, el formato de la relación pase por diferentes etapas pudiendo consolidarse hasta límites insospechados. Un punto a tener muy en cuenta como señal de alarma es el momento en que los involucrados comienzan a hacer proyectos a futuro. En caso de que dichos planes sean conjuntos, habrá un salto cualitativo. Cuando, en cambio, corresponden sólo a una de las partes, lo más probable es que sobrevenga un quiebre luego del cual será muy difícil retornar al estado anterior.
4. Fénix
Si donde hubo fuego, cenizas quedan, de allí resurge el fénix. Un amor que retorna, reciclado como para reeditar los mejores momentos compartidos o que vuelve para dar curso a alguna asignatura pendiente. El fénix trae buenos recuerdos, es comprensivo con las marcas del paso del tiempo y hace gala de un romanticismo al que pocas mujeres pueden resistirse. Por su fuerte efecto rejuvenecedor, se transforma en una instancia imprescindible en la vida de cualquier persona.
5. Recidivado
Dos lemas rigen esta categoría: "mejor malo conocido que bueno por conocer" y "peor es nada". La recidiva, como el recrudecimiento de una enfermedad, viene de la mano de un ex-algo que, a pesar de traer a la memoria experiencias no muy gratas, llega en el momento en que las defensas están bajas, la necesidad es acuciante y la autoestima hizo mutis por el foro. A diferencia del fénix, que vendría a ser algo así como comida a la carta, el recidivado es un combo recocido, grasiento y envuelto en papel barato. Si la resilencia es la capacidad del ser humano para sobreponerse a las dificultades y aprender de los errores, eso es, justamente, lo que al recidivado le falta, omite o desoye con el solo objeto de cubrir un hueco sin tener en cuenta que, luego de la experiencia, lo único que habrá conseguido es ahondar la insatisfacción.

Próximos capítulos: Bajas definitivas – Notas aclaratorias – Escalafón

1 comentario:

Lesly dijo...

Pruebo por tercera vez si sale un comentario. Ayer puse 2 y no salieron.