17.4.07

Otro diálogo cruel

—¿No venías a buscar a los chicos?
—…
—Claro que te están esperando. Y yo también.
—…
—No empieces otra vez, tengo que salir. Y ¿qué te importa con quién?
—…
—Mirá, son mis hijos y los cuido y los atiendo más que vos.
—…
—Claro, amenazame. Prefiero que me amenaces y no que le llenes la cabeza a los chicos. Aunque… se la llenás igual. Me contó Alex que le dijiste que no podía ir al club porque a mí no me gustaba.
—…
—Como siempre, tenés razón. ¿Por qué no le dijiste que al dentista lo llevás vos porque tenés miedo de que yo me quede con tu plata? ¿Por qué no le dijiste que me hacés firmar un recibo cada vez que me pasás la mensualidad? ¿Por qué no le dijiste que me descontás de los alimentos una parte proporcional por los días que se quedan con vos? No, no estoy siendo agresiva, te estoy contestando. Simplemente te estoy contestando. Además, en el club están todos tus amigos y todos, invariablemente, me odian.
—…
—Yo me acuesto con quien me parece. Y mi mamá tampoco es una puta. Te voy a grabar para que el juez sepa lo que pensás de la madre de tus hijos.
—…
—No me los vas a poder sacar. No. Y tampoco me voy a quedar en casa tejiendo para que no te pongas celoso. Salgo con quien se me canta. Me acuesto con quien se me canta. Difícilmente sea peor que con vos.
—…
—No, lamento decirte que la última noche también fuiste un fracaso.
—…
—No te preocupes, no fue ningún sacrificio. Sos el padre de mis hijos. A veces te tengo un cierto cariño. Pero no pienso volver a vivir con vos. Y como el sexo entre nosotros no mejora las cosas, tampoco pienso volver a permitir que compartamos una cama…
—…
—Claro, si lo hubieras dicho vos, estaría perfecto. Bien de macho eso de voltearse cada tanto a la ex. Casi me parece escucharte: “Todavía la tengo conmigo. Esta probó unos cuantos y se dio cuenta”. Ya lo creo que me dí cuenta. Nada terrible, los hay peores, no te preocupes.
—…
—No, no tantos como tu mente perversa fantasea.
—…
—¡Ah! Por fin te salió… Sabía que te iba a reventar, pero no pensé que tanto. Mirá, te voy a explicar: no estaba cuidándote de mí. Yo me estaba cuidando de vos. Conociéndote como te conozco… ¡Quién sabe qué minas te enganchaste en este tiempo!
—…
—No te preocupes, los puedo dejar acá con Mabel. Te prometo que en la cena voy a brindar por vos. ¡Chau!

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